martes, 3 de mayo de 2016

¿Qué significa la huella de mi pie? Determina tu tipo de pisada

Si tienes pensado empezar a correr después de haberlo dejado por un tiempo, si quieres cambiar tu plan de entrenamiento independientemente de tu objetivo o si percibes algún dolor posiblemente derivado de unas zapatillas poco adecuadas para ti; quizás vaya siendo hora de renovar tu calzado.

En cualquier caso si tienes pensado comprarte unas zapatillas nuevas, es de vital importancia que conozcas tu tipo de pisada.

Es necesario realizarse un estudio sobre la pisada ya que un correcto uso de nuestros pies en la carrera resulta importantísimo para evitar lesiones deportivas. ¡Presta atención a tu pisada! Los pies constituyen 52 de los 206 huesos que completan el cuerpo humano pero no todo el mundo puede utilizar las mismas zapatillas, ya que cada persona tiene una forma de pisar distinta.

Está claro que lo ideal es hacerse un test científico en el que se analice tu pie en tres dimensiones mediante un análisis estático o a través de un análisis dinámico en carrera con cámaras que detecten los marcadores de tus zapatillas. Pero, de momento y hasta que acudas a un podólogo o médico, aquí te dejamos dos test con los que conseguirás hacer una primera aproximación a tu tipo de pisada.



TEST DE LA MARCA PODAL




Con este pequeño test conseguirás averiguar qué tipo de pies tienes dentro de los tres existentes (pie cavo, pie normal y pie plano), dependiendo del arco que dejas con la planta de tu pie cuando pisas descalzo el suelo. Para realizar el test, moja la planta de tu pie y pisa sobre un papel de periódico. Levántalo y observa la marca que ha dejado. ¿Se corresponde con alguno de los siguientes tipos de pies?

– Pie cavo (pisada supinadora): en la marca se refleja sólo el talón y la parte delantera del pie, unidos por una fina línea por la parte externa del pie. Este tipo de pisada implica demasiado impacto al apoyar el pie ya que no apoya lo suficiente para absorberlo. Es una pisada poco común, con elevado arco plantar y se corresponde con la supinación. La supinación consiste en la tendencia de los pies de apoyarse en el exterior de los mismos, lo que se deriva en un desgaste de la zona externa y delantera de la zapatilla.
Si eres supinador adquiere zapatillas con amortiguación neutra, con una mediasuela blanda y sin mecanismos de estabilidad para poder favorecer la pronación. Aquí tienes análisis a fondo de zapatillas para supinadores.

– Pie plano (pisada pronadora): en la marca se refleja toda o la mayor parte de tu planta marcada. Este tipo de pisada se corresponde con una pronación severa, es decir, tu arco cae hacia adentro incrementándose tu riesgo de lesión. La pronación consiste en el derrumbamiento del pie hacia el interior, teniendo los tobillos una ligera tendencia hacia dentro.

Si eres pronador adquiere zapatillas con refuerzo en la parte interna (zona que más desgastas), ya que te ofrecerán un apoyo más firme y necesitarás zapatillas con mayor estabilidad y control de movimiento con suelas de doble densidad. Aunque tengas una pronación ligera necesitarás este tipo de zapatillas, y más si pesas más de 70 kg y pretendes hacer rodajes a un ritmo mayor de 4’30’’/km. Un 45% de los corredores son pronadores y un 80% de los males asociados a la técnica de la carrera son debidos principalmente a una pronación no corregida. Aquí tienes análisis a fondo de zapatillas para pronadores.

– Pie normal (pisada neutra): es el tipo de pies más común (pronador normal o neutro), en la marca se refleja alrededor de la mitad de tu planta. La pisada es recta y no tiende no hacia el interior ni hacia el exterior.
Puedes utilizar casi cualquier zapatilla, pero probablemente, si eres un corredor de peso medio, te adaptarás mejor a unas zapatillas con amortiguación neutra que te ofrezcan estabilidad en el apoyo del pie. Aquí tienes análisis a fondo de zapatillas con amortiguación neutra.

TEST DE LAS SENTADILLAS
Utiliza la técnica correcta para hacer sentadillas, pero colocándote descalzo y con los pies juntos. Partiendo desde arriba, agáchate flexionando las rodillas unas 3-5 veces. En la última flexión fíjate si tus rodillas quedan alineadas, de manera que serás:

– Supinador: si tus piernas se quedan arqueadas o separadas.
– Pronador: si tus rodillas mantienen el contacto o si se rozan.
– Normal: si tus rodillas quedan alineadas, con los pies alineados y con pleno contacto con el suelo.


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