lunes, 23 de mayo de 2016

Largas distancias, buenos consejos

Hemos tocado una cifra interesante denominada 42,195 km que hace referencia a las conocidas maratones o 42K de alguna ciudad o carrera puntual.

Acostumbrar y/o entrenar el organismo para esta distancia lleva mucho más esfuerzo y disciplina que tiempo de entrenamiento; tú puedes tener un plan de entrenamiento riguroso para esta distancia que involucre un máximo de 8 o 12 semanas según tus características, históricos e incluso intensión.

En este punto, lo mejor es aprender a coordinar y optimizar la implementación de energía frente a la obtención de resultados, así que algo que te puede servir a la hora de entrenar:



LA “LSD”

Con esta denominación que a todos les hará pensar en la sustancia alucinógena es como se conoce en inglés a las tiradas básicas: “Long Slow Distance”. Es la que lleva haciéndose desde que surgió el fenómeno del maratón popular en los 70, la más indicada para los novatos y para los que sean 
propensos a las lesiones. Es fundamental dar con el ritmo adecuado, ni tan suave como para que la sesión sea un paseo, ni tan fuerte como para que la fatiga impida cumplir el plan.

VAMOS A ELLO

Aunque no se vaya a ir deprisa, hay que comenzar al trote durante unos 10 minutos para gradualmente llegar al ritmo crucero, que será alrededor de 1min/ km más lento que el que queramos llevar en el maratón, y desde luego nunca a menos de 40seg. Al iniciar la fase de preparación para un maratón debemos ir incrementando semanalmente el tiempo de la sesión, no comenzar con 2 horas.

EN PROGRESIÓN

Su nombre no deja lugar a dudas: la sesión acabará a ritmo similar al de competición. Con esta sesión se enseñará al cuerpo a funcionar a ritmo alto cuando ya ha llegado la fatiga, mejor dicho se tratará de que la fatiga llegue lo más tarde posible. Hay que tener cierta experiencia para afrontar estas sesiones, ya que suponen un arma de doble filo. Con respecto a las suaves, aún siendo más duras, serán menos monótonas gracias al incremento gradual del ritmo.

VAMOS A ELLO

Tras el necesario calentamiento, algo que realizan hasta los de elite, se estabiliza el ritmo hacia 1min/ km más lento que el de maratón. Cada aproximadamente 3 km se incrementa unos 8-10seg hasta llegar al de competición que se llevará durante unos 3km, nunca más de 5. Conviene no acabar a este ritmo sino dejar aproximadamente 1km para ir desacelerando. Esta exigente sesión debe alternarse con la de LSD.

¿Preparado para tu próxima media maratón?

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